J.R.R Tolkien no sólo escribió la que para muchos es una obra maestra -El Señor de los Anillos-, sino que creó todo el mundo alrededor del mismo, incluida su geografía, história y mitología. La obra de Tolkien abarca algo más de 7.000 años de éste mundo inventado, y eso es mucho abarcar. Además, eso hace que toda la trama gane una consistencia difícil de igualar en una obra de fantasía, puesto que la historia parece desarrollarse en un mundo real de tres dimensiones, y no como en otros muchos casos en los que el fondo de la historia contada más parece de cartón piedra. De hecho, hay innumerables escritores de fantasía posteriores a él que han copiado más o menos burdamente este mundo -y no voy a señalar porque está muy feo-.
El Señor de los Anillos figura en la última parte de la línea cronológica de definió Tolkien, en el final de la Tercera Edad del mundo y el comienzo de la Cuarta. Los hijos de Húrin es un cuento extenso que se ubica en "los días antiguos, cuando el mundo todavía era joven". Es decir, corresponde a la Primera Edad, y cuenta el drama de esta leyenda. Naturalmente -siempre bajo mi punto de vista-, no le llega "a la suela de los zapatos" a El Hobbit ni a El Señor de los Anillos, pero a pesar de eso es un buen libro para los seguidores de La Tierra Media entre los que me encuentro.
Tolkien no llegó a publicar este libro, sino que ha sido su hijo quién ha reunido los manuscritos, ha rellenado lo que faltaba, le ha dado una continuidad narrativa y lo ha editado al calorcillo de la pasta movida por las películas de Peter Jackson.
martes, 1 de abril de 2008
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