lunes, 1 de noviembre de 2010

Enara Dixit.

La siguiente conversación aconteció el pasado verano. Mientras Enara jugaba, yo esperaba plácidamente sentado en un banco. En eso que se le acercó un renacuajo de su edad:

- ¿Has venido sola?
- No -contestó Enara-, he traído a mi papá.

Y el caso es que la no iba desencaminada, porque lo que es por mi prefería estar en otro sitio.

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