Nací en 1975. No he conocido a los grises ni me enteré de la transición. Para mi, Adolfo Suárez era sólo una caricatura de Pedro Ruiz que mi hermano imitaba muy bien, no tengo recuerdos conscientes del intento de golpe de estado del 23-F, y el primer gobierno que recuerdo es el último de Felipe González.
Desde que tengo derecho a voto, y hasta hace unos años, siempre he ido a votar. Iba porque podía ir. En cierta forma, iba por todos aquellos que, antes de que yo naciese, querían votar y no podían. Y siempre que iba, me llenaba un sentimiento de estar haciendo algo importante, aunque lo mío no era ir a ganar -soy del Atleti, será por eso que nunca me caen bien ni el primero ni el segundo-.
Hoy, de camino al colegio electoral, he visto a una pareja llevando a un crío de la mano. Y he pensado en lo absurdo de todo, y en que hagamos lo que hagamos van a seguir ganando los mismos. Y me han dado ganas de llorar.
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