jueves, 7 de mayo de 2009

Reseña: Bésame mucho

Recupero ahora este reseña, aunque hace ya unas cuanta semanas que me lo leí. Seguro que todo el mundo recuerda el llamado Método Estivill, desarrollado en el libro "Duérmete Niño". Para los que no, se trata de un libro donde se enseña a los padres cómo tienen que hacer para conseguir que sus hijos duerman por la noche. Así mismo, el sistema más conocido de los enumerados en este libro es aquel de recomienda dejar al niño llorar en la cuna cronómetro en mano, y entrar en la habitación a intervalos prefijados -al minuto de haberlo acostado, a los tres minutos de la primera visita, etc.- para tranquilizarle con palabras, eso si, sin cogerle ni siquiera permitir que el niño pueda tocarte, que luego se malcría.


El libro que me he leído se llama "Bésame Mucho", está escrito por Carlos González y es totalmente opuesto al anterior. Además, se trata de un libro muy claro, donde desde el principio el autor expone sin ambigüedades cuáles son sus opiniones al respecto de la educación de los niños.

En éste libro las ideas principales que defiende es que el objetivo de los niños no es fastidiar a los padres, que si un niño llora y se le coge en brazos no lo estamos malcriando y que nunca, jamás, bajo ningún concepto hay que pegar a un niño -de la misma forma que nunca, jamás, bajo ningún concepto hay que pegar a tu mujer ni a tu jefe ni a nadie-.

A mi este libro me ha hecho pensar, y me ha hecho reconsiderar algunas de las cosas que tenía por incuestionables. Bueno, realmente quién me hizo pensar en un primer momento fue mi buen amigo Rafa Alba. Es cierto que no estoy de acuerdo con todo lo que Carlos González escribe -una parte de lo cual se puede ver en esta entrada del blog de Rafa o en esta otra-. Pero sí estoy de acuerdo en lo fundamental del libro, y por supuesto estoy absolutamente de acuerdo con el autor en la sección que dedica a métodos que no comparte, entre los que se encuentra el Método Estivill entre otros muchos.

En este libro hay tres anécdotas que se me han grabado especialmente, o tres a las que le doy especial importancia. Por un lado está la del niño que juega en el parque, tiene varios juguetes y no le hace caso a todos. Llega otro niño y sin mediar palabra empieza a coger los juguetes del primero, a lo que éste reacciona con el intento de recuperar lo que es suyo. La acusación inmediata es evidente: hay que ver cómo es este niño que no comparte sus juguetes, que encima ni les estaba haciendo caso. Vale. Ahora cambiemos la escena por la madre que está con el niño, el bolso sobre el banco del parque. Llega un adulto desconocido y se dedica a rebuscar en el bolso, coger el móvil, ponerse las gafas de sol o leer su periódico. Seguro que a nadie se le ocurre acusar a la madre de no compartir sus cosas, cuando encima ni las estaba utilizando.

La segunda de las anécdotas es una forma un poquito tramposa que tiene el autor de contar una historia que deja entrever que fulanita es una niña un poco complicada, que a veces saca de sus casillas a su padre, y que cuando aquella se sobrepasa mucho de la raya éste no puede evitar soltarle un guantazo. Según lo cuenta casi llegamos a comprender y justificar al padre. Pero luego nos propone que cambiemos los términos, y que consideremos que fulanita no es la hija sino la mujer. Tras la relectura nadie en su sano juicio puede comprender ni justificar la actitud del ahora marido.

La tercera narra un día en la vida de una niña. Empieza por la mañana, levantándose pronto para ir al cole cuando tiene sueño y quiere dormir. Se tiene que poner una ropa que no le gusta. Tiene que desayunar cuando no le apetece porque tiene sueño. Va al colegio a aguantar un montón de horas lecciones que no le interesan. Come en el comedor y le ponen guisantes que no le gustan. Por la tarde más cosas impuestas cuando lo que quiere es jugar. Ya en la cena en casa otra vez guisantes para cenar. De postre cómete esta pera. No quiero pera, quiero yogur. Que te comas la pera. Que quiero yogur. Anda, toma el yogur y cállate. ¿Cómo? ¿La madre ha cedido al chantaje de la niña? La niña se ha salido con la suya y así sólo va a conseguir malcriarla. No. La niña lleva todo el día sin salirse con la suya, haciendo lo que nosotros queremos que haga, así que no se va a malcriar ni va a tener un trauma si en lugar de pera se toma de postre un yogur.

Hay muchas más cosas interesantes en el libro con las que estar de acuerdo y otras cuantas con las que discrepar. Lo mejor es leerlo para comprobarlo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY BUENO el resumen. Me dan ganas de leermelo... por tercera vez.

Abrazos para mi buen amigo, JoseMa.

Rafa.

:-)

JoseMa Perez dijo...

¿Sólo dos veces? Cono lo bien que hablas de él pensaba que habían sido más. :-D

Ruben BS dijo...

Dos veces, una por Sergio y otra por Rubén.

Yo a Rubén y a Javier se las debo ;-)

Un abrazo a los dos

*<:-)