Es bien sabido por todos los que me conocen de mi afición a Arturo Pérez-Reverte y todo lo que escribe. A veces estoy muy de acuerdo con él y a veces menos de acuerdo. A primeros de año llegó a mis manos un enlace a un artículo en el que se despachaba bien a gusto. El envío a los amigos, especialmente a uno que es maestro -un abrazo Rafa, uno de mis tres lectores- fue obligado, y desde entonces le debo esta entrada.
Porque mi reacción primitiva -en los dos sentidos de la palabra- fue la de aplaudir ese artículo, porque no hay más que ver la juventud que tenemos -falta absoluta de respeto, botellón, fines de semana que empiezan los jueves-, que vamos como vamos -aprobados sin esfuerzo ni septiembre, analfabetismo funcional galopante- y todas esas frases facilonas que sabemos y utilizamos todos.
Pero tuvimos unas cuantas conversaciones -nosotros no discutimos- más que interesantes, en las que me hizo ver otro punto de vista. Un punto de vista que se resume en un cambio de la concepción de la enseñanza, de un sistema autoritario a otro participativo -lo siento, a mi lo de "democrático" no me encaja-.
Y la verdad es que puede que tenga razón. Puede que tengamos que abrir la mente, y aceptar que las cosas cambian. Y también tiene razón cuando dice que hay que conocer el sistema antes de criticarlo. O mejor dicho: para poder criticarlo.
Así que ni vamos tan mal -el informe Pisa 2006 lo deja muy claro, aunque cada uno interpreta lo que le interesa-, ni la juventud está tan perdida, ni el fin de los tiempos educativos está cerca. Sigo teniendo mis puntos de vista, y sigo sin estar de acuerdo con algunas de las cosas que él defiende, pero estoy con él en que el sistema no es peor que el antiguo con el que nos criamos.
Además, he añadido una frase que dijo a mi propio repertorio: "Cualquier tiempo, pasado, fue mejor". Las comas están puestas con toda la intención, y es que muchas veces algo nos parece bueno sólo porque ya no lo tenemos que sufrir –la memoria es caprichosa-.
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2 comentarios:
Te voy a enviar DOS abrazos:
Uno, porque eres un amigo.
Otro, porque además eres un BUEN amigo... y eso suele ser más difícil de encontrar.
:-)
Y además, de los buenos amigos como tú siempre se aprenden cosas. Y cosas de las importantes, de las de verdad, no de las que se enseñan en la escuela (en esa escuela que no me gusta, porque en la que sí me gusta sí que se aprenden...)
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Saludotes.
Rafa.
Si es que las reformas en educación (sin tener conocimiento para poder criticar, ojo), siempre me han parecido algo como las obras de las ciudades, un medio de justificación de gastos...
:-**
P.D: Y tienes ya algún lector más...
A.M.F.
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