Para personajes de juegos de rol de fantasía medieval, las clases de hechicero y mago han sido siempre mi primera elección desde que, en la noche de los tiempos, descubriese al cabrón de Raistlin en los libros de Dragonlance. Pero este gusto ha sido convenientemente contrarrestado pos los distintos Directores de Juego, puesto que ninguna de las partidas en las que he llevado estas clases de personaje ha perdurado en el tiempo más allá de dos o tres partidas. El último que me he hecho debe ser el tercero o el cuarto, y dada la situación del grupo, tampoco esta vez tengo grandes esperanzas de verle avanzar.
Hoy voy a presentar la última miniatura que he pintado. Se trata de Markus Travistok, un hechicero para una partida de D&D. Markus es un tipo crecidito de nivel 8 -nivel en el que empezamos la campaña-, y cuyos efectos de conjuro están enfocados en los efectos del viento. Por este motivo Markus tiene el sobrenombre de "Cyclone". Sobrenombre que crea no poca hilaridad en el grupo de juego, y sobre todo en el DJ.
No me enrollo más, a continuación las fotos.
martes, 25 de noviembre de 2014
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Juego de Tablero: Mice & Mystics
Hace unos meses he retomado los juegos de tablero, y la verdad es que me han enganchado bastante. Por este motivo tengo a mi habitual grupo de rol algo celoso, aunque no hay razón para ello. Os sigo queriendo igual, tontorrones, aunque eventualmente os la pegue con otros.
Como padre friki que soy, empecé a buscar algún juego divertido y currado, pero al mismo tiempo que fuese apto para jugar con mis niñas -que sí, que el Zombicide está guay, pero no las quiero tener todas las noches con miedo a irse a dormir-. Además, buscaba un juego colaborativo en el que todos los jugadores fuesen en el mismo bando. La recomendación vino del mismo grupo en forma de juego de ratoncillos: Mice & Mystics.
Lo compré a través de la propia web Mas Que Oca, donde también tienen enlaces al tutorial en youtube para aprender a jugar. Un detallazo por su parte.
El juego es una pasada. Está muy bien presentado, muy llamativo y con buena variedad de mapas. Y es que ahí es donde está una de las gracias del juego. Las distintas aventuras están planteadas como un cuento, de esos que leemos antes de ir a dormir, y cuyo desarrollo lo van realizando los jugadores. Esta forma de avanzar en la historia es ideal para que los pequeños se involucren y lo vivan.
Otro de los puntos fuertes son las miniaturas ya que, aunque para un jugador de wargames –como yo- se podría decir que son poco chusta, lo cierto es que tienen un detalle muy currado y sólo se les puede achacar el plastiquillo flexible con el que están hechas. Algo por otro lado habitual en este tipo de juegos, y mucho mejor que los inventos de FineShit de una marca de cuyo nombre no quiero acordarme.
Entrando en el juego, hay seis personajes disponibles, y cada jugador tiene que elegir uno o varios, ya que cada aventura hay que jugarla con cuatro ratones. Cada uno tiene unas habilidades distintas, lo que da una variedad muy interesante. Además, nada impide que en cada aventura se elijan distintos ratones para jugar. En cuanto a los enemigos, se manejan de forma automática de acuerdo a unas reglas muy sencillas, de tal forma que nadie tiene que hacer de malo, ni jugar contra los otros jugadores.
Para terminar y por buscarle alguna pega, las partidas a veces se hacen un poco largas. Según las edades de los jugadores, de seis a ocho combates –a uno por loseta- pueden hacer el desarrollo un poco tedioso. Lo bueno es que, según mi punto de vista, es muy sencillo acortar las partidas con reglas caseras reduciendo el número de encuentros. Algo que, si se hace con cabeza, no afecta al desarrollo de la historia.
Pues eso, si sois padres frikis y estáis buscando un juego que compartir con niños -mi hija de 7 años lo juega sin problemas-, especialmente ahora que llegan esas fechas tan señaladas, os lo recomiendo.
Como padre friki que soy, empecé a buscar algún juego divertido y currado, pero al mismo tiempo que fuese apto para jugar con mis niñas -que sí, que el Zombicide está guay, pero no las quiero tener todas las noches con miedo a irse a dormir-. Además, buscaba un juego colaborativo en el que todos los jugadores fuesen en el mismo bando. La recomendación vino del mismo grupo en forma de juego de ratoncillos: Mice & Mystics.
Lo compré a través de la propia web Mas Que Oca, donde también tienen enlaces al tutorial en youtube para aprender a jugar. Un detallazo por su parte.
El juego es una pasada. Está muy bien presentado, muy llamativo y con buena variedad de mapas. Y es que ahí es donde está una de las gracias del juego. Las distintas aventuras están planteadas como un cuento, de esos que leemos antes de ir a dormir, y cuyo desarrollo lo van realizando los jugadores. Esta forma de avanzar en la historia es ideal para que los pequeños se involucren y lo vivan.
Otro de los puntos fuertes son las miniaturas ya que, aunque para un jugador de wargames –como yo- se podría decir que son poco chusta, lo cierto es que tienen un detalle muy currado y sólo se les puede achacar el plastiquillo flexible con el que están hechas. Algo por otro lado habitual en este tipo de juegos, y mucho mejor que los inventos de FineShit de una marca de cuyo nombre no quiero acordarme.
Entrando en el juego, hay seis personajes disponibles, y cada jugador tiene que elegir uno o varios, ya que cada aventura hay que jugarla con cuatro ratones. Cada uno tiene unas habilidades distintas, lo que da una variedad muy interesante. Además, nada impide que en cada aventura se elijan distintos ratones para jugar. En cuanto a los enemigos, se manejan de forma automática de acuerdo a unas reglas muy sencillas, de tal forma que nadie tiene que hacer de malo, ni jugar contra los otros jugadores.
Para terminar y por buscarle alguna pega, las partidas a veces se hacen un poco largas. Según las edades de los jugadores, de seis a ocho combates –a uno por loseta- pueden hacer el desarrollo un poco tedioso. Lo bueno es que, según mi punto de vista, es muy sencillo acortar las partidas con reglas caseras reduciendo el número de encuentros. Algo que, si se hace con cabeza, no afecta al desarrollo de la historia.
Pues eso, si sois padres frikis y estáis buscando un juego que compartir con niños -mi hija de 7 años lo juega sin problemas-, especialmente ahora que llegan esas fechas tan señaladas, os lo recomiendo.
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